Sharenting y sus implicaciones para la privacidad de los menores
Los recuerdos de la infancia, que décadas atrás se compartían en papel con las personas más próximas a la familia, hoy día son archivos que se guardan en la nube o se comparten en Redes Sociales. La generalización de este fenómeno ha dado lugar al término sharenting. Las familias pueden no ser conscientes del impacto que puede tener para los menores la difusión de esta información. Además, no sólo afecta a madres y padres. Otros familiares o amigos comparten también información personal de los menores en Internet.
Compartir fotografías y vídeos de nuestros hijos e hijas puede generar sentimientos de conexión y emociones positivas ligadas a las reacciones que se generan. Sin embargo, como describe Stacey Steinberg (2020), puede afectar a la imagen de los menores, que se va definiendo online, creando una huella digital que ellos no puedan borrar.
Es posible que no comprendamos bien el impacto real y las posibles consecuencias de la información acerca de los menores que se comparte en Internet. Investigaciones recientes (Fox y Hoy, 2019) analizan la vulnerabilidad real de los menores y sus madres. Entre las consecuencias descritas por compartir información de sus hijos e hijas en Redes Sociales, destacan el impacto que supone la idealización de lo que significa ser una buena madre y describen la vulnerabilidad que experimentan al ser otras personas copropietarias de la información sobre sus hijos/as (por ejemplo, centros educativos, otros familiares y amigos).
Como madres y padres somos responsables de la información de nuestros hijos e hijas que compartimos en Internet. Antes de compartir piensa, como indica la legislación vigente, en el interés superior de los menores, piensa en cómo le afectará a su identidad digital, a su reputación, ahora y en el futuro. A partir de los 14 años las publicaciones de este tipo de datos personales de tu hijo/a deberán de contar con su consentimiento.
¡Ojo! También existe información de nuestros/as hijos/as que se comparte, con o sin nuestro permiso. Todos estos datos que se van recopilando se almacenan en bases de datos online y pueden suponer una vulneración a la privacidad de los menores. A medida que los juguetes se digitalizan más y los niños se conectan a Internet cada vez a edades más tempranas, es necesario plantearnos qué datos acerca de nuestros hijos e hijas almacenan las aplicaciones que usan y qué tratamiento se les da a esos datos. La información recopilada a veces es utilizada para ofrecer servicios que se ajustan más a las necesidades de los menores y sus familias. Sin embargo, estos datos pueden estar también en manos de otras personas que los utilicen de manera poco ética para obtener poder y beneficios económicos o de otro tipo.
¿Todavía no tienes claro si compartir o no este tipo de contenidos? Te invitamos que revises las diez razones para el sharenting responsable que nos ofrecen en Pantallas Amigas.
Las familias se enfrentan al reto de generar entornos digitales seguros para la infancia y proteger los derechos de los menores en Internet. Proteger la privacidad de los menores online empieza por nosotros, como madres y padres, cuando valoramos críticamente los contenidos que compartimos, pensando en el bienestar presente y futuro de nuestros hijos e hijas.
Con nuestro trabajo queremos promover la seguridad online y la protección de nuestros datos personales y los de nuestra familia. Si estás interesado/a en nuestros talleres, no dudes en contactar con nosotras.
María del Mar García-Ruiz
Referencias:
Fox, A. K., & Hoy, M. G. (2019). Smart devices, smart decisions? Implications of parents’ sharenting for children’s online privacy: An investigation of mothers. Journal of Public Policy & Marketing, 38(4), 414-432. https://doi.org/10.1177/0743915619858290
Steinberg, S. (2020). Growing Up Shared: How Parents Can Share Smarter on Social Media—and What You Can Do to Keep Your Family Safe in a No-Privacy World. Sourcebooks.